Escrito 8 (Sombras)

A eso se reducía su vida, a ser una sombra, a no expresarse, ni pensar, ni sentir, callar mientras recibía los golpes, esconderlos por las mañanas y sonreír a su hijo, a sus hermanas, a sus padres. Mientras, callaba, y no existía.

Pero en el no ser, se rodeaba de lágrimas, de la ansiedad por las futuras embestidas, de la soledad, del saber que su suegra instaba a su marido a la aplicación de correctivos para su carácter «desbocado», pero sobre todo era miedo lo que la invadía. La sospecha de que ella ya no era por sí misma se convertía poco a poco en certeza, ella era de él, su propiedad, como el coche o la casa en la que vivían.

Una noche de ebriedad y violencia asumió la conciencia de la situación, corrió, huyendo de la no existencia, de su silencio y con ello compró su propia libertad.

28 de julio de 2013: Eleonora llama a la policía, quien arresta a su marido, ejecuta una orden de alejamiento contra él  y cursa un procedimiento judicial con el fin de otorgarle a ella la custodia única de su hijo.

17 de noviembre de 2014: Presionada por tener un hijo en común, Eleonora ha retirado la orden de alejamiento, tiene la custodia de su hijo, pero su padre incumple los requisitos de las pensiones, sin embargo, le inculca, con regularidad religiosa, violencia en su educación, con sus regalos, con sus palabras. Eleonora decide que una conversación adulta podría evitarlo, pero al enfrentarse a esa situación, oprimida, coaccionada por él, estalla, amenaza, grita, insulta, llora y vocifera todo su silencio. Él, ladino y taimado, graba la conversación. La lleva a juicio.

3 de mayo de 2015: Sale la resolución del juicio, él ha conseguido darle la vuelta a la situación. El fiscal pide una indemnización de 15.000€ por daños morales a su persona y 5 meses de cárcel para Eleonora, por manipulación, amenazas, obstrucción a la justicia y retención de menores. La única manera de evitar la condena es ofrecer la custodia compartida.

29 de junio de 2015: Eleonora evita la cárcel a cambio de compartir la custodia de su hijo con él. De esta manera, a través del pequeño, él la sigue controlando, la sigue manipulando, sigue siendo suya.

De nuevo, Eleonora se convierte en una sombra.

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Esta historia muestra a lo que se reduce la «justicia» en España, y es que, simplemente, puteros y maltratadores prevalecerán sobre las mujeres sometidas y humilladas, los ricos empresarios sobre el trabajador honrado, las inversiones en armas sobre las inversiones en investigación, en resumen, Goliat sobre David.

Las prioridades parecen claras, así que yo digo: NO QUIERO ESTE PAÍS PARA MÍ.

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